Aquí estamos los dos, seis meses después de la última vez que escribí en el blog. Como ha pasado el tiempo! Que grande está Matías! es maravilloso ver como evoluciona día a día. Es un niño encantador. Tuvimos muchisima suerte. Es gracioso, super simpático, muy cariñoso, guapísimo. La verdad es que estamos muy orgullosos de él. Cuantas cosas empezamos a entender! Eso de que no hay nada comparable al amor de una madre por su hijo, indudablemente es así. Aunque lo que a mi me pasa es que el amor que siento por Mati no me entra en el cuerpo. Cuando lo miro o pienso en él siento como si el corazón se saliera de mi cuerpo, me lo comería a besos o lo apretaría mucho contra mi. Espero no ser una pesada como madre, pero por las dudas, mientras pueda (o me deje), seguiré besándole millones de veces como hago todos los días. Somos muy felices a su lado. Nos encanta ver como evoluciona, como va haciendo las cosas que tiene que hacer conforme su edad, aunque eso incluya esos grititos un poco primitivos que emite JE, JE.
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